miércoles, 9 de septiembre de 2009

los Chicos de mi fic

Marin
Seth
Jesse
Sean

Edward
Alexander

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pues estos son todos, bueno todos los que son importantes, despues pondre mas.. que me encuentre parecidos por que las ilustraciones las saque de una pagina, no son mias, pero las modifique.. para que cuadraran con mis personajes.

Primer Encuentro (fic escuela )

Primer Encuentro

había sido un día pesado en la escuela demasiado reportes que entregar para mañana y muy poco tiempo para hacerlos, estaba ocupada entre las clases con sus profesores y estar en el club de ciencias, además de ayudar en el consejo de estudiantes y atender el llamado de su profesor de química para las olimpiadas que se aproximaban le habían dejado muy agotada, aparte de todas esas cosas se había quedado dormida al final de la clase, en realidad estaba haciendo hora para reunirse con su profesora jefe que otra ves le estaba dando el discurso de madre, le había vuelto a pedir que dejara el club de ciencias y se dedicara mas a la historia, claro estaba como ella era amante de la historia eso era lo que mas le importaba que no descuidara las calificaciones en sus materias, pero ella se mantuvo firme en su postura adoraba su trabajo en el club, los días sábados asistía toda la mañana y se pasaba el tiempo haciendo algunos ensayos, experimentos y ayudando en los proyectos se llevaban acabo, después de que termino la charla con ella se marcho a casa, pero su padre no pudo ir a recogerla así que tuvo que ir caminando de vuelta a su casa, no era la primera ves que lo hacia pero ya estaba oscuro eran las ocho de la noche y no había en que irse mas que a pie, así que comenzó a caminar, la escuela aun que era publica quedaba un poco apartada del centro de la cuidad y su casa estaba en un villa privada apartada del centro de la cuidad así que en otras palabras ella debía atravesar todo el centro para llegar a su casa. No le agradaba mucho la idea de pasar a esas horas por todas esas partes pero se aseguro la mochila en la espalda, traía el uniforme de la escuela, se veía encantadora, aun que trataba de ocultarlo tras sus gafas y su falda mas larga y ropas holgadas, el rostro infantil que cargaba no lo podía borrar, caminaba con soltura o eso pensaba ella pero su forma indicaba lo contrario, tenia sus manos cruzadas delante sosteniendo unas carpetas de forma protectora, sus tímidos ojos se movían rápido ante cualquier sonido, llego a una parte del camino que no deseaba llegar… era la división del camino, ir por arriba significaba cruzar el parque central extenso y solitario, ir por debajo era pasar por muchos callejones, mas solitario que el parque y mas oscuro, estuvo debatiéndose un rato por donde ir, estaba nerviosa, muy nerviosa pero tomo el camino de arriba era mas iluminado y el transito de vehículos era mas abundante. Por unos minutos se sentía bien y luego entrando mas en el parque sentía escalofríos, pero estaba tan callado que le daba seguridad de no encontrarse con nadie que le hiciera daño, pero como siempre habían cosas que no se pueden dominar, de la nada se escuchaban las risotadas de un chico y luego mas y mas, ante su mirada un gran grupo de cinco chicos venían algo tocados por la alegría y algo mas, trago saliva y apuro el paso, esperaba que fuera insignificante incluso prefería escuchar unas bromas de su apariencia antes de que se fijaran en ella, pero para su desgracia los chicos se fijaron en su falda y su cara, así que el líder le daba golpes de avisos a sus compañeros al ver como la niña venia con la mirada baja, anunciando muy abiertamente que estaba atemorizada de ellos, entonces los cinco chicos se dispersaron para poderla, Marin lo noto enseguida y como un ratón acechada por gatos quería salir corriendo pero se mantuvo tranquila mientras caminaba esquivando a dos de ellos y luego el líder de ellos le tomo de su brazo, era joven aun que tenia un poco mas de edad que el resto, parecía universitario por sus ropas.

- ohh.. que hace aquí una niñita?...- dijo el tipo con una vos algo molesta – las niñas buenas están dormidas.. – la miraba a su rostro intensamente.-

- suéltenme… - le dijo ella con apenas un suspiro –

- que?..- el tipo giro el cuello sonriendo al ver que su presa era mas tímida y suave de lo que pensó, levanto su cara los otros cuatro que lo acompañaban sonriendo .- escucharon eso?... quiere que la suelte..- se giro nuevamente a ella sonriéndole y la abrazo por la cintura.- me parece que no quieres eso…- decía buscando su rostro – jajaja.. vamos no seas tímida, te vas a divertir..

- no, déjame, déjame…- le repetía con vos de cobarde extasiando a su captor.- suéltame!..- se retorcía entre las manos del chico mientras el solo se reía a carcajadas.-

- ah vamos niña no seas egoísta..- el chico metía las manos debajo del la chaqueta de ella mientras la miraba pelear en sus brazos.- ajajaja…

- DeJAme! – decía ahora con mas intensidad y miedo que se notaba en sus lagrimas escurriendo por su rostro.- Ahh.. – entonces como cristales caían de sus ojos, nunca había sentido tanto asco y miedo antes.-

Sentía las manos del chico subiendo por su espalda intentando sacar su blusa de la falda, lo único que Marin hacia era llorar y patalear mientras los otros se reían de la situación y sentía el aliento del chico en su cuello, ya estaba pensando en lo peor, las piernas le temblaban de miedo, cerro los ojos por que no soportaba verle la cara al tipo que la estaba tocando de esa manera. Entonces fue cuando escuche el sordo golpe y la caída al suelo, con sus manos paro la caída pero el golpe lo sintió en sus palmas, como un reflejo fetal se encogió cubriéndose con las manos, entonces las voces y golpes, mas golpes y ruidos que no sabían de donde venían, abrió los ojos y miro hacia lo oscuro, cual conejo herido sus piernas se tensaron para salir corriendo y en el leve empuje que dio para levantarse una mano la agarro de su ropas, ya tenia el pecho apretado por el miedo pero ahora lo sentía presionado desde afuera, sus manos se cruzaron en el pecho cerrándose a su alrededor, gemía de miedo con los ojos cerrados esperando a ver que sucedería ahora.

- oye.. pesas – la vos era muy serena y algo soñolienta – ponte de pie -

Ella no hacia nada, estaba de piedra sostenida de sus ropas, quien la sujetaba no era el mismo chico que le estaba metiendo manos antes, entonces con la cara sucia y llena de lagrimas lo miro, definitivamente no era el mismo chico, tenia el cabello oscuro, con rizos y muy a la moda al igual que la ropas, sus ojos… eran dos hielos profundos a pesar de que la estaba mirando no expresaba nada en esos ojos tan oscuros. Puso los pies en la superficie y las piernas le respondieron dejándola sujeta al suelo, pero él movió su mano a su cara haciendo que ella se encogiera de hombros cerrando sus ojos pero la mano de él solo estaba limpiando su mejilla. Los ojos de ella no creían lo que pasaba el chico le estaba limpiando su rostro, con la boca levemente abierta por lo sorprendida que estaba, se fijo en que dos de los chicos que la habían molestado estaban tirados en el suelo y los otros se habían desaparecido, ahora estaba bloqueada, no entendía por que ese chico la había sacado de ese problema. Volvió a mirarlo, el estaba serio pero con algo amable en sus manos ya que aun estaba pasando su pulgar por la suciedad de su rostro, no se limitaba fijarse en ella, sino que atendía sus heridas, por que sujeto sus manos y giro las palmas de ellas hacia arriba mirándolas.

- que tonta, mira como te lastimaste…- le dijo observando con detenimiento las magulladuras de sus palmas, los raspones estaba con sangre y piedrecillas del suelo – eres un caso perdido – le afirmo pasando su vista a sus piernas que al igual que sus manos estaban con raspillones-

Ella bajo la mirada se sentía como una niña regañada por su padre al hacer una travesura, él estaba tan serio, con su mirada adulta moviendo la cabeza en negativa al ver el desastre de persona frente a él. Entre la poca luz del parque y alguno que otro quejido de los apaleados, él la arrastro de su mano, tomándola de las muñecas para no lastimarla mas de lo que estaba, ella no lucho por que sentía que la presencia de aquel extraño la intimidaba y anulaba sus instintos de temor. así fue como ambos se fueron del lugar, él la llevo a la salida del parque, cuando alcanzaron el final ella pensó que la dejaría pero no soltaba su mano, mirando al frente vio como este chico la metía dentro del baño de mujeres, no importándole si había alguien mas, una ves que la entro a empujones, abrió la llave y puso las manos de ella bajo el chorro de agua, enseguida se tiño de rojo, las piedrecillas y tierra salían de los pliegues de la piel ardiéndole las heridas con el impacto del agua sobre los cortes, esas acciones le hacían brotan las lagrimas en los ojos de Marin, que agradecía lo que el chico desconocido estaba haciendo, este en cambio mantenía su mirada en las manos y con sus largos dedos pasaba arrastrando la tierra que no salía de la suave piel de la chica.

- tonta, podrías haber salido peor – él hablo súbitamente mientras comenzaba la misma labor con la otra mano de ella.- que hacías por esos lugares? Acaso eres retardada… no sabes que es peligroso pasar por allá de noche y sola – Marin lo miraba pero el no dejaba de fijar sus ojos en las palmas heridas de ella.-

- no… sabia…- dijo con suave tono, tan bajo como un murmullo, la mano limpia goteaba el agua residual de la limpieza, la herida en ella le ardía pero de manera leve y refrescante – gra…cias… - fue la otra palabra que le salio, tragaba saliva mientras sentía la presión de las yemas del chico en los pulpejos de sus dedos, frotando con fuerza y sin lastimarla.-

- así que eras retardada…- la respuesta era algo agresiva, sin tono de sarcasmo solo desinterés, mostrado por la falta de contacto visual – solo quería descargarme un poco – estaba acabando de sacar la suciedad de la herida, minuciosamente inspeccionaba en busca de rastros tercos – tuviste surte de que deseaba dar unos golpes…- dicho eso cerro la llave y sin escurrir sus manos se puso de frente a ella, pasando ambas manos por las mejillas sucias, arrastrando en ese toque la suciedad que antes había intentado quitar -

La forma extraña de mostrarse amable ante ella le hizo sonrojarse, en su mente encontraba extraña las respuesta que el chico le daba, solo por querer dar unos golpes la había rescatado y ahora se encargaba de asear sus heridas, no, para ella eso era mucho mas que solo un deseo egoísta. Por primera vez en todo el tiempo él se detuvo a mirarla, ella no quitaba sus ojos de los miel de él, que mostraban cercanía, una llama calida, aun que breve el momento se guardo en la memoria de Marin sonrojado sus mejillas, quito su rostro de frente sacando también su mano, estaba aturdida pero no era tonta, no retardada como sugería él, ahora estando calmada los ataques verbales que sufría desde que fue salvada, estaban sonado le mas claros en su mente.

- no soy una retardada…- estaba agradecida pero en su vos se debajo mostrar la molestia que sentía – no me digas… así… - estaba haciendo un puchero con sus labios sin darse cuenta, era una de sus tantas expresiones – no te pedí ayuda…

- tal ves no verbalmente, pero era cosa de mirarte llorar para saberlo…- se inclino sobre ella sin mirarla solo haciendo el gesto para alcanzar su rostro – pareces un perro apunto de ladrar…

Se escucho el golpe de una bofetada y los oscuros ojos de Marin abiertos como platos, con su mano sostenida en el aire aun tensa por el fuerte golpe, se había dejado llevar por el impulso y le había dado una cachetada al chico que tan desinteresadamente la rescato y que curo sus heridas, sentía todo su ser negro de maldad, descaradamente estaba siendo cruel con él, solo debía soportar un poco sus palabras pero en cambio.. había hecho algo malo al pagarle sus atenciones con un golpe. Él tenia el rostro girado por la fuerza con que a chiquilla le golpeo, quien diría que una mocosa de ese tamaño podía pegar tan fuerte, pero lo mas sorpresivo fue su reacción, si era tan valerosa… ¡por que no reacciono de esta forma con los otros sujetos?, toco con su mano el lugar golpeado que tenia los cuatro largos dedos marcados en rojo sobre la cuidada piel, sin dedicarle mas que una furtiva mirada de bestia le dijo todo, se arrepentiría de eso, casi en ese instante ella dio dos pasos atrás y salio corriendo dejando escuchar su vos.

- lo siento!!.. gracias! – fue lo ultimo en decir al salir del baño corriendo como podía, sintió una corriente eléctrica con aquella mirada.

- eh..!!- estaba mirando como ella se marchaba, sin reaccionar, luego miro el espejo y su cara roja y sus ojos se enfurecieron mas – espera!!..- grito fuerte cuando se escucho cerrarse a puerta, comenzó a correr para detenerla.

Cuando salio fuera del baño estaban sola la señora que aindia el aseo de este, la miro y camino un poco mas afuera viendo hacia donde se había ido, Marin se estaba escondiendo detrás del escritorio de la señora que la miraba de reojo, ella negaba con la cabeza y le rogaba en señas que no dijera nada, él se paseaba de un lado a otro en tramos cortos decidiéndose a hacer algo. Mientras escuchaba paseándose de un lado a otro, rogaba que se marchara de una ves, pero no escuchaba nada desde hacia un rato. Con las manos en la cabeza sosteniéndose cabello, los ojos cerrados y arrugados, abrió primero un ojo y luego el otro, la señora no estaba y no sentía ruidos, miro de derecha izquierda pero aun no pasaba nada, inclino la cabeza hacia arriba mordiendo su labio inferior, y entonces estaba la cara asteada del tipo mirándola y con ganas de hacerle pagar el golpe, eso se notaba al estira su brazo para agarrarla, como un diestro gato se estiro hacia delante empujando su cuerpo al suelo y arrastrándose por la abertura del medio del escritorio, un solo desliz y estaba en la calle, él chico tenia el cuerpo sobre la superficie del escritorio apoyado con un solo pie en el suelo, así que con su mano empujo el pie antes de salir y dejarlo sin equilibrio cayéndose en el mueble en una exclamación de enfado. No se giro a verlo solo corrió como loca hacia la salida del parque y el centro de la cuidad, estaba con el corazón en la meno sentía los gritos del chico, - espera!!.. espera!!- le gritaba acercándose en los sonidos y ella hacia caso, sabia que estuvo mal darle un golpe, mas cuando le estaba ayudando pero sus ojos mostraban tanto enojo que le daba miedo esperar lo que tenia para darle, pasando a través de una tienda, se metió en ella vendían ropa, así que le seria mucho mas fácil esconderse, tomo dos cosas y se metió al probador, en el interior los espejos dejaban ves su cara, tenia algo de sangre aun, pero sus gafas no estaban, en el forcejeo del parque se le debieron caer, la falda estaba subida y su blusa también, la chaqueta de la escuela estaba sucia y su cabello suelto y revuelto, simplemente no era ella, trato de peinarlo con sus manos y se saco la ropa, se probo el pantalón y el suéter que había sacado, se veía mucho mejor. El chico estaba realmente cabreado con esa mujer, menuda forma de mostrar agradecimiento, dándole un golpe, huyendo y haciéndolo perder el tiempo, era una latosa y pastosa pero quería encontrarla, no sabia ni su nombre solo el colego a donde iba, seguía corriendo tras ella que al parecer era toda una escapista, diablos como corría esa mujer, lo ultimo que vio de ella era cuando se metía a una tienda, él también se detuvo jadeando un poco , había peleado y le dolían algunas partes de su cuerpo por lo golpes, se tomo el costado izquierdo con su mano, era el lugar que mas le dolía y entro, no había muchas personas, solo un par de chicas, dos mujeres adultas y otro chico, se paseo entre la tienda buscando a la gata, el nombre que le había puesto por lo maleducada que había sido, pero no vio a nadie con ese uniforme, arrugo la frente mientras pasaba ambas manos por su cabello, bufando por el pésimo día tenido, primero su madre exigiéndole cosas , su hermana reclamándole que dejara de ser un niño, sus amigos que lo estaban molestando con la idea de un viaje y para formar la guinda de un pastel esta niña que se estaba burlado de él, ¿caso no sabia a quien le estaba hablando?. Frente a los probadores miro a ambos lados y no venia nadie, así que abrió la primera puerta y estaba vacía, siguió con la segunda, pero en esta estaba un chico, la cerro sin decir nada, se fue a la tercera y nada también, solo quedaba la cuarta, así que abrió la puerta y vio unas pantis.. blancas con ositos rosas, no dejaba de mirar la ropa interior de la chica, era.. entupido, pero no veía su rostro estaba inclinada hacia delante y luego se escucho un grito.- ah!! Pervertido!!!- le grito agachándose pata resguardarse de la mirada, entonces él movió las manos diciendo que no era su intención, que buscaba a su novia, que lo sentía, y muchas cosas mas antes de que viniera el encargado de la tienda y lo echara afuera. Dentro de la cabina cuatro estaba Marin se había sacado el pantalón y ahora se quería poner la falda pero en eso que estaba inclinada alguien abrió la puerta, mirando desde los espejos lo pudo ver, pero la cara que tenia, era de lo mas extraña, le estaba mirando la roa interior en silencio, y ella grito de enojo, como le hacia eso, después de todo lo que le había pasado hoy con esos chicos, ahora era victima de él, no se levanto hasta que el encargado le dijo que el chico se había marchado, se seco las lagrimas de enojo que le cayeron con la descarada mirada y se puso el uniforme, salio y pago las cosas que se estaba comprando, luego le dio las gracias al señor que la había rescatado del pervertido ese y salio de la tienda, ya era tarde y tena que tomar un taxi para ir a casa, justo paso un y lo hizo detenerse, se subió y la puerta no cerraba, miro que pasaba y la palanca estaba sujetada por la mano de alguien, subió la mirada hasta ver de quien se trataba y era ese chico, sonriendo maliciosamente.

- suelta la puerta!!.- le grito desde dentro tomando con las dos manos la manilla y haciendo fuerza.

- no – le dijo seguro, su mirada penetrante se fijaba en ella como una bestia casando – me debes algo..-

- no te debo nada!!.- en eso se escucho un clic y la puerta se había cerrado – señor rápido, rápido conduzca!!!.- le grito al chofer y este puso en marcha el motor.- ummm..- le hacia una morisqueta con su cara, su dedo en el ojo y le sacaba la lengua sonriendo al choco que corría tras ella.

- TE VOY A ENCONTRAR!! – le grito muy fuete, que daba miedo-

Sentada en el auto se sentía mal, debió haber hecho las cosas diferentes, pero el no le daba confianza además sus reacciones eran muy raras, quien le decía a una chica lastimada y herida que era una descerebrada, nadie con sentido común, era un descarado por mirar la ropa interior de una chica desconocida, se paso la mano por las piernas bajando su falda y sus mejillas se pusieron rojas como un tomate, nadie le había visto la ropa interior menos un chico, sentía que era la peor de las vergüenzas, suspiro y dejo de pensar en ello por que le estaba viniendo la cólera. Ya quedaba muy poco camino para llegar a su casa y decirle a su padre todo lo que paso, no exactamente todo pero si lo mas relevante, no quería que la dejara venirse sola de nuevo, mas por las amenazas dichas por ese chico, además… quien era, se mostraba muy importante, tenia dinero se notaba pos sus ropas, pero ¿que cosa se creía?, estaba sumida en sus miles de preguntas, enojos y descargas mentales contra él.

El chofer del auto le anuncio la llegada, demorando solo 15 minutos para llega tan lejos, la estudiante que traía no estaba conciente del tiempo, la observaba desde el retrovisor y la mayor parte del viaje murmuraba cosas y se molestaba sola, tuvo que hablarle para despertarla, la niña se bajo del auto sacando sus cosas y cancelo el viaje, el chofer del taxi encendió el motor y se fue rápido a trabajar, mientras veía la silueta de la estudiante caminando hasta la entrada de su casa. Marin sujetaba su bolso parada en la puerta, ahora sentía miedo de los regaños de su padre, él seguro le diría miles de cosas que pudo hacer en el momento, como llamarlo a su celular, o conseguir ayuda en una tienda, o quien sabe que mas cosas se le ocurriría, tomo aire y abrió la puerta, cuando llego al salón estaba su padre sentado en el sofá leyendo un libro y su madre en la mesa del comedor bebiendo café, la miro con cara de preocupada y entonces empezó, el parloteo y bla bla, no se comprendía nada de lo que decía, solo quejas y regaños por su parte, su madre tenia un tono fuerte de vos que no concordaba con su pequeño cuerpo, su personalidad materna era muy notoria, ahora mismo Marin se estaba llevando el regaño del mes, ella solo agacho la cabeza, era imposible hablar con su madre, primero tenia que dejarla gritar todo lo que tenia dentro y luego podía defenderse, eso demoro unos 5 a 10 minutos, estaba tan agitada que el pecho no dejaba de inflarse le para recuperar el aire perdido, se acodo de nuevo en la silla y bebió mas de su café entonces era el momento de hablar.

- lo siento, se que es tarde pero me paso algo…- callo un momento no quiera volver a alterarla así que media sus palabras y meditaba lo que hablaría.- me atacaron unos chicos en el parque, Pero! Estoy bien no paso nada, alguien me ayudo…- lo dijo todo muy rápido para no dejarle tiempo a ninguno de sus dos padres a exaltarse.- si me ayudo y me llevo a compara unas banditas para mis manos, por que me caí.. y me lastime las palmas…- le enseño las magulladas que tenia en la palma blanca de sus manos. Su madre se estaba cubriendo la cara con las manos, estaba a punto de gritar nuevamente, mientras su padre se levantaba del sofá para ver de cerca las heridas.- no es nada.. pero…

Ahora su padre sostenía las manos de ellas mirándola y luego subió los ojos a su rostro, se fijo en el corte de la mejilla y lo froto con cariño, deslizo su mano al cuello de su pequeña hija, para acercarla a él y darle un tierno beso en la frente, abrazándola. Marin sentía ganas de llorar cuando su padre se comportaba así, era tan bueno sentir su amor de esa forma, solo callando y apoyándola, ella lo abrazo fuerte y se puso a llorar, tuvo tanto miedo en el parque, aun que ahora estaba bien aun sentía en su cuerpo el miedo. Tuvieron una charla calmada con su madre, y luego se fue a preparar el baño para su hija, mientras su esposo seguía hablando con ella, estaba seguro de que era su culpa, no debió dejarla irse sola, pero el trabajo no le permitió ir por ella, desde mañana habían quedado para que le esperara media hora después de clases y así poder ir a buscarla de forma segura, no quiera que su hija volviera a pasar por eso, y quien sabe si en una segunda oportunidad tendría tan suerte de solo salir con unas heriditas, Marin fruncía el ceño, no quería ser una niña mimada, ni protegida, sabia cuidarse, eso había sido un accidente solamente, pero mejor no discutir por ahora, cuando todo era muy reciente. Con la ayuda del baño y de unos mimos que su madre le dio antes de dejarla sola en su cuarto, las penas del día se calmaron y a pesar del sueño que traía, encendió su computador para escribir un trabajo y también parte de su diario, necesitaba desahogarse y que mejor que contándolo.

Entada frente al ordenador se le vino a la mente el rostro del tipo, ahora que lo pensaba era algo lindo, Marin recostaba su espalda en la silla mirando al techo blanco de su cuarto sus ojos se perdían – “sí era algo lindo… bueno era alto y su cabello era negro con rizos y como olvidar esos ojos intensos eran muy oscuros casi negros, su piel era blanca y se veía joven…”- así siguió enumerando las cosas que recordaba del chico, pero se despertó del sueño cuando recordó el grito de amenaza y le vino un escalofríos que le erizo la piel.

>Lo mas extraño de este día no es el estar algo ida de la realidad sino el a verlo conocido a él, si… él se llevo consigo esa parte de mi cuerpo que me ataba a la tierra y me hacia despertar de mis sueños. Se llevo la realidad dejando sumida en la fantasía, no me quejo ya que en mucho tiempo no me había sentido de esta forma… el corazón loco latiendo fuerte en mi pecho, mis ojos se sentían a punto de llorar y sin embargo dentro de mi cuerpo la sangre fluía con rapidez subiendo mi temperatura.

Creo que no entendenía esto hasta que me sucedió, siempre había escuchado de las típicas historias rosas en las cuales el chico principesco salía al rescate pero me sonaban a pura tontería, hasta hoy en el cual yo fui por leves segundos la princesa de él. No puedo respirar de solo pensar en su rostro y la forma en que intervino en mi día, espero que no se el ultimo día en que podré verlo, porque mi corazón se destrozaría en pedazos si no tengo aun que sea un segundo para darle las gracias. <

Tecleaba rápido una parte de un cuento que había pensado.. pero todo eso que escribía le recordaba mucho a lo que le paso, en realidad los sentimientos descritos en el eran todos los que había pasado en el parque y luego con el chico. Se detuvo con los dedos puestos en el teclado y su cara roja al recordar el incidente de las pantis.. y luego un grito de enfado.

- Ah!!!!... ese idiota!!! – se levanto de la silla y se tiro en la cama molesta cubriéndose con la almohada – como hace eso!!..- sus palabras se escondían por apretar el rostro contra el suave almohadón . levanto un poco el rostro del almohadón y miro por la ventana hacia fuera, la luna estaba casi llena – espero no verlo nunca, nunca mas… - dijo pidiendo en una suplica por que todo se olvidara.

Se levanto de la cama termino de guardar el documento y se estiro como un gato haciendo sonar los huesos de su cuerpo antes de ir a la ventana y cerrar las cortinas, sonrió algo triste ya que igual el chico había sido su salvador, pero no quería volver a verle la cara en su vida. Se tiro en la cama y se acomodo bajo las fresadas pensando en que si era buena, muy buena su deseo se cumpliría.

martes, 1 de septiembre de 2009

Academy Golden Cross (fic )


Academy Golden Cross

La academia Golden Cross era muy conocida en todo el país, siendo uno de los pocos recintos educacionales en los cuales las familias mas adineradas y grandes empresarios confiaban para educar a sus hijos, además del limitante del dinero, la suma mensual que se pagaba era exorbitante. Pero el prestigio de estudiar junto a los futuros líderes y grandes personalidades del país, era la mejor de las publicidades para un apellido poco conocido. A diferencia de los colegios corrientes, la academia Cross, tenia estándares muy superiores al promedio, no solo valía el dinero que pegabas por ingresar, sino también las cualidades del estudiante, la fundación de este establecimiento la realizo una de las empresas multimillonarias del país, para así dar una educación de calidad, la familia Cross, encargada de gran parte del comercio electrónico, inversiones financieras, etc. hacían mas de 25 años desde su fundación y el numero de estudiantes en el no superaba el numero de 200, la educación impartida era personalizada los cursos tenían como un máximo de estudiantes por salas de 12, no se aceptan comportamientos impropios o poco morales, la academia contaba con distintas áreas de recreación como una sala de juegos, bar-restorán, salón de conversación, además de incluir las áreas de estudio para los distintos club de la academia, una piscina oleica techada y temperada, canchas para los distintos deportes de contacto, de equitación, etc. Se tenían en cuanta todos los pasatiempos y gustos de los alumnos.

Ciertamente esta academia cumplía con los estándares de las familias mas acomodadas del país, pero dentro de su mismo circulo cerrado había otro aun mas cerrados, se hacían llamar los Golds Cloins (monedas de oro), todos sus miembros eran conocidos en los círculos altos, no por sus logros sino por su apellidos, este pequeño circulo estaba formado por cinco personas, el mas importante del grupo era Alexander Cross nieto del fundador de la academia, perteneciente a las grandes empresas Cross que controlaban mas del 50% de los negocio en el país y el 30% de los negocios en el extranjero, su personalidad era desagradable para todos, engreído, agresivo y frió, no le importa nadie mas que sus amigos, ya que solo ellos están en su nivel, un chico fuerte y alto con cuerpo de atleta muy bien formado, su piel blanca y sus ojos intensamente negros no expresan nada, su vos fuerte y desinteresada, era considerado atractivo pero mas por su posición y dinero que por su personalidad, criado siempre en solitario aprendió nada de amor y lo poco de amistad que conocía se la debía a sus compañeros, que soportaban sus arrebatos y sus ordenes, por que en el fondo tenia un lado humano como todos, le importaban demasiado sus amigos casi al punto de protegerlos de todo, sin tomar en cuenta eso, solo quedaba un típico niño rico con el complejo de poder, suponía que todas las personas tiene un precio solo hay que conocerlo, sus dos mejores amigos desde la infancia eran Seth Tudor y Edward Maniuon.

Seth es el hijo de uno de los mafiosos mas grandes del país, aun que se decía que pertenecía a la mafia, jamás había sido llevado a un juicio o algo parecido, los negocios que su familia tenían eran de compra y venta de propiedades, además de algunas inversiones apartadas que se desconocía, dentro del bajo mundo eran conocido por su crueldad con los traidores, siendo hijo único era el siguiente sucesor de su padre, pero su carácter era muy diferente de lo esperado, aparte de ser reconocido por su apellido también lo era por su arte, talento pintor y escultor con solo 17 años, sus obras estaban expuestas en muchas de las colecciones de artes nuevas, algunos se atrevían a depararle un gran futuro, su talento artístico era igual a su fuerza, practicaba el fútbol americano y en algunas ocasiones también salía con su oscura cara a atender sus futuros negocios, carecía de crueldad sin embargo era como una fiera cuando se lo proponía, no por nada tenia un apodo en el bajo mundo el black angel, por que durante el día lucia común y normal pero si te metías en su camino podía destrozarte, físicamente, era mas alto que Alexander y con mas cuerpo que él, su tez era un poco mas oscura, su cabello negro y lacio llegaba a su cuello corto y peinado con estilo, pero lo que mas atraía de su persona era sus ojos azules, cristalinos como el mar del caribe, al igual que su vos profunda.

Edward Maniuon, el chico tímido su familia se extendía en el ámbito de la política su abuelo y su padre había sido presidentes del país, su apellido era mas que renombrado y se esperaba que el tuviera un gran futuro como todos los hombres en su familia, el dinero que poseía eran la herencia de mas de 10 generaciones, sus inversiones estaban en la industria artística, poseían los grandes museos en todo el país, también negocios en el extranjero que le daban sus ganancias, a pesar de esta cómoda vida, no tenia lo que cualquiera persona deseaba una familia, cuando Edward tenia 11 años su padre y abuelo viajaron al extranjero su padre era presidente en ese entonces y su abuelo asesor, su madre tuvo que acompañarlo debido a que se trataba de un viaje de amistad a un país cercano, pero tuvieron un fatal accidente, un atentado en contra de sus vida con mucho éxito, el avión donde iban sufrió una falla técnica, o esa fue la excusa que dio el gobierno, en un segundo se convirtió en heredero de todo y sin su familia, sufrió una pequeña crisis de aislamiento, que logro superar gracias a una prima, después de eso su personalidad siempre fue retraída y callada, desarrollo un gran talento música, siendo el piano uno de sus escapes de la realidad, su cabello dorado y sus rostro amable eran idénticos a los de su madre, su porte y distinción a los de su abuelo y su vos firme a la de su padre, eran los recuerdos de cada día, aun que sus ojos eran muy vacíos, podías mirarlos por horas y no encontrar nada en ellos, esos ojos miel que solo brillaban en presencia de su querida prima y amigos, quien por cierto fueron su segunda familia luego de perder la propia.

Jesse Vadim, prima en segundo grado de Edward, su familia tenia el negocio de los abogados, al igual que el negocio que manejaban ellos eran abogados después de la tragedia ocurrida en su familia adoptaron momentáneamente a Edward y Jesse fue quien logro sacar a su primo de la depresión de ese momento, aunque era dos años mayor se convirtió en una hermana para su primo y también madre, pero ella forjaba su propio futuro, empezó ganando su propio dinero como modelo y luego amplio su carrera como actriz pero solo por un periodo ya que antes de lo previsto había dado exámenes en varias universidades en el extranjero y con muy buenos resultados, sin embargo su dulce personalidad cautivaba corazones en todos lados. Jesse, como modelo tenía la estatura y el rostro de un ángel, su forma de moverse era como caminar en el aire, su esbelta figura le abrió ese camino, fue conocida por su largo y dorado cabello, en la industria la conocían como la joya de oro, ya que al verla entrar en cualquier lugar brillaba intensamente.

Sean Brezhnev, a pesar de su nombre y apariencia era una chica y algo excéntrica, su familia tenia negocios de entretención, infantil, nocturna y deportiva, todos los parques temáticos eran de su propiedad, no tan solo eso sino que la industria hotelera a lo largo del país también eran suyas, por otra parte ella conoció a los Golds Cloins cuando ingreso a los 7 años, todos pensaron que era un chico hasta que la naturaleza demostró lo contrario, era alta para del mismo porte que Alex y traía el cabello castaño corto como un chico las orejas sin perforaciones y su cara era un poco dura aun que con matices femeninos, fu familia se componía de un padre y cinco hermanos mayores, todos varones por lo mismo su comportamiento no era muy femenino ni sus gustos, el deporte que practicaba a menudo era las artes marciales y los de riesgo, la adrenalina le ayudaba mantener la cordura o eso decía, también era modelo, debido a su genética era muy delgada y si quitaban las ropas de chico y arreglaban su cabello a largo lucia muy hermosa, aun que esa era su faceta oculta.

Todos los miembros Golds Cloins eran tratados de forma especial, tenían una sala especial para su educación solo Alex, Seth, Sean y Edward, por que todos ellos tenían 17 años, Jesse se había retirado hace un años de la academia pero aun venia de visita a incentivar a los nuevos alumnos, en la academia los tres chicos eran los señores, debías cumplir todas las ordenes que se te daban y acatar humildemente las petición y humillaciones que ellos te daban, jamás aceptaban que otro joven les dirigiera la palabra. Debido a esto también abusaban de sus beneficios, jamás llevaban el uniforme, preferían usar la ropa de moda o especial que compraban, tampoco comían junto al resto de alumnado, tenían su chef personal para cumplir sus deseos de gula, al igual que una sala de entretención diferente para su uso.